La historia de vida de...

Artur

Mollerusa, Lleida

Artur tiene 52 años, pero fue diagnosticado de párkinson algunos años antes de cumplir 50. Su vida es un no parar. Lo era antes y lo sigue siendo ahora. Estudió arquitectura y danza clásica, aunque tras muchos años itinerante dedicando su vida al baile decidió regresar a Mollerusa para formar familia y buscar tranquilidad.

Sus últimos años los dedicó a la enseñanza, pero un incidente durante una guardia en el patio del instituto le apartó de la docencia, y lo que al principio parecía una consecuencia del impacto de una pelota, terminó derivando en un diagnóstico de párkinson tras más de 3 años de consulta en consulta.

Desde entonces, su vida ha dado un giro de 360 grados. Mantiene su amor por la danza y ha tenido que dejar la docencia, pero invierte su tiempo en mantenerse lo más activo posible. Es feliz en su pueblo, rodeado de su gente y cerca de su familia, pero asegura que el sistema asistencial es inexistente y el poco que hay no cubre las necesidades. Para acudir a consultas tiene que desplazarse bastantes kilómetros y no siempre es sencillo si no cuentas con apoyo.

Confía en que la situación mejore, pero asegura que para ello es necesario que haya visibilidad. Sin embargo, asegura que mucha gente se esconde por miedo a ser etiquetada, aunque él lo tiene claro: no va a parar hasta conseguirlo: “Yo creo que cuando nos vean, porque somos muchas personas, nos van a tener en cuenta. Es difícil llegar hasta allí, pero aquí estamos los rurales, dando guerra”.