La historia de vida de...

Domingo

Barrientos, Astorga

Domingo nació en Carneros, pero cuando cumplió 20 años se trasladó junto a su familia a Barrientos, un pequeño pueblo situado a apenas 10 kilómetros de Astorga.

En su etapa laboral, trabajo en RENFE como jefe de estación, una etapa de su vida que recuerda con cariño. Le gustaba mucho su trabajo, pero tuvo que dejarlo a los 54 años porque la evolución de la enfermedad comenzó a limitarle. De hecho, tras el diagnóstico se mantuvo 9 años en activo hasta que se vio obligado a retirarse.

Su mujer asegura que empezó a asociar los primeros síntomas de Domingo con la enfermedad incluso antes de recibir el diagnóstico. De hecho, recuerda que, echando la vista atrás, hacía muchos años que había empezado a tener falta de reflejos.

Ahora viven tranquilos en el pueblo, aunque se desplazan casi a diario para acudir a la asociación: “Vamos un día con la psicóloga, otro con la logopeda y otro con la fisioterapeuta”.

Sin embargo, cada vez que tiene que asistir a consulta tiene que desplazarse hasta León. Es un trayecto de 40 minutos de ida y 40 minutos de vuelta que tienen que hacer en coche porque no existe una red de transportes que cubra las necesidades de las personas que viven en entornos rurales. Primi, su mujer, es su mayor apoyo. Juntos se compaginan a la perfección y ella siempre está dispuesta a acompañarle donde haga falta.