Federico vive en San Leonardo de Yagüe, un pequeño pueblo ubicado en la provincia de Soria. Aún se emociona cuándo habla del diagnóstico. No fue un proceso fácil. Fueron muchos los médicos que tuvo que visitar y muchas las horas de sueño que estuvo sin dormir.

En su pueblo todo el mundo le conoce. De hecho, es el máximo vendedor de la lotería de la Asociación de Párkinson de Soria. Es feliz en el pueblo, donde vive con su mujer, su mayor apoyo.

En su día a día, Federico necesita mucha ayuda, pero su mujer siempre le acompaña. Sin embargo, no es fácil. Las barreras arquitectónicas no ayudan. Tampoco la red de transportes ni el sistema asistencial. Cada vez que tiene que acudir a consulta o asistir a recoger sus medicinas su mujer tiene que coger el coche para desplazarse hasta Soria, porque vivir en un pueblo, asegura «no te deja más remedio”.

Intentan salir todos los días a pasear, pero las rampas en algunos sitios son demasiado empinadas y los pasos de peatones están ubicados a demasiada distancia: “Los ves y dices ‘no podemos subir hasta ahí, porque igual esta muy cansado cuando queramos dar la vuelta, y esto supone una gran limitación'».